La Gran Trampa de la Conciencia
La información no es un consejo de inversión.
Cómo nuestros miedos nos impiden abandonar una carrera insatisfactoria y cómo podemos resolverlos
Es posible que hayas escuchado la famosa cita: "Ten el valor de seguir tu corazón e intuición. De alguna manera ya saben lo que realmente quieres llegar a ser". Son palabras de Steve Jobs, empresario estadounidense, diseñador industrial e inversor. Jobs aún inspira a millones de personas a renunciar a empleos que los hagan infelices y comenzar a hacer las cosas que realmente quieran hacer.
Suena bastante simple, ¿eh? Si sientes pasión por una actividad de algún tipo, simplemente conviértela en tu trabajo habitual. Sin embargo, la realidad de un cambio de carrera es que rara vez resulta ser un proceso sencillo. Descubramos las barreras que nos distraen de seguir el sueño de trabajar en aquellos proyectos en los que estamos profundamente comprometidos. Reconocer el problema es el primer paso para lidiar con él.
No me gusta mi empleo, pero ¿a quién le gusta?
Es un grave error pensar que no puedes ganar suficiente dinero para vivir haciendo el trabajo que te gusta. Cuando tenemos la idea de cambiar de carrera, inmediatamente aparecen hordas de preocupaciones. ¿Cómo podré pagar mis facturas? ¿Tendré la cantidad de dinero suficiente para mantener a mi familia? ¿No es demasiado tarde para hacer profesión en una nueva área? ¿Qué pasa si renuncio a mi empleo justo antes de obtener ese ascenso tan esperado?
Nos enfrentamos a tantos "no" y "no puedo" incluso en la etapa de planificación. Nos aterroriza y congela todos los impulsos potencialmente fértiles. En lugar de profundizar en estas preocupaciones, nuestro cerebro tiende a consolarnos simplificando demasiado el mundo. Nos envía señales que dicen algo como: "Está bien trabajar aquí. La gente común siempre tiene una rutina similar a la tuya. No es razón para salir de tu zona de confort." Y escuchamos sus argumentos seductores y le damos a nuestro empleo una oportunidad más. Vemos a las personas que nos rodean y nos convencemos de que la mayoría de ellas son infelices con su estilo de vida, incluso aunque no lo sean.
Esa es la trampa. Nuestra conciencia bloquea los posibles cambios a través de estos trucos. Todo el proceso de adaptación a la nueva realidad por venir parece ser demasiado complicado para nuestro cerebro. Intenta entorpecer cualquier avance hacia tu objetivo.
Estoy demasiado viejo para cambiar de carrera
Cuando deseas cambiar de empleo, surgen muchas preocupaciones. Una gran cantidad de ellas se relaciona de alguna manera con la edad. Incluso si eres de mediana edad, hay una tendencia a pensar que una nueva profesión es demasiado complicada de dominar debido a algunos prejuicios. La gente joven tiene más opciones y oportunidades, o no hay lugar para adultos principiantes en el mercado laboral porque les resulta difícil desarrollar rápidamente habilidades esenciales.
La mayoría de las veces, estos temores son infundados. Puedes tener cualquier edad y nivel de experiencia para comenzar un nuevo capítulo de manera profesional. Por supuesto, hay algunas áreas tóxicas donde las personas tienden a interferir. Evítalas y encuentra un lugar donde tus colegas te apoyen para una más rápida adaptación.
En cuanto a la correlación entre la edad y la debilidad de la red cognitiva, los científicos afirman que la perseverancia y el entrenamiento constante son tus mejores aliados en el camino hacia una nueva carrera. Edúcate para un mejor desempeño y recuerda que Omnia Vincit Labor (el trabajo lo vence todo)!
Refinando tu enfoque a los cambios
Para hacer frente a los pensamientos que provocan ansiedad en la transición profesional, divide la gran tarea en otras más pequeñas. Complétalas gradualmente una tras otra, utilizando la llamada estrategia de rebanado de salami. Esto ayuda a escapar del pánico y de los posibles remordimientos, que pueden ocurrir si realizas un cambio en algún momento y echas tu vida clara y estable por la borda.
Por supuesto, no hay un mapa perfecto para navegar. Para cada persona, será diferente. Imagina que eres un empleado de cuello blanco que está cansado de un horario de trabajo de lunes a viernes y sueña con operar en Forex porque te haría independiente y móvil. Te gusta poner a prueba tus destrezas para olvidarte de la inestabilidad financiera, ahorrar tiempo para la familia y viajar por el mundo en cualquier momento. Así que puedes simplemente implementar algunas actividades como trader en tu plan diario.
En primer lugar, puedes informarte sobre el mercado Forex camino al trabajo o durante el almuerzo. Luego puedes ir practicando poco a poco después del trabajo, prolongando el tiempo que dedicas al trading y a su perfeccionamiento. Algunas semanas después, descubrirás que no es tan difícil y aterrador como te imaginabas al principio.
En segundo lugar, debes saber cómo establecer los objetivos. Siempre que tengas tareas pequeñas, aprende a sumar los resultados intermedios. Esto ayuda a ver el progreso, te da ánimos y aclara los siguientes pasos.
Cuando veas que puedes llevar a cabo las tareas asignadas sistemáticamente, tendrás el ímpetu que necesitas para comenzar con un cambio completo de carrera. En ese momento, habrás desarrollado las destrezas necesarias para operar y dejar ese empleo que ya no te apasiona.
No temas cometer errores. Son inevitables en el camino al crecimiento. Aprende de la experiencia y mantente auténticamente curioso. Esto te apunta en la dirección correcta para tu evolución como persona y profesional. Oriéntate hacia los detalles y, de vez en cuando, no olvides hacer comprobaciones sobre si el trabajo que estás realizando se alinea con tus valores y deseos.
En lugar de sentir que sólo eres un engranaje en la maquinaria de un negocio, conviértete en el motor de tus sueños.